jueves, 18 de febrero de 2016

                                       EL EXTRAÑO

Lo vi y me llamó la atención. Solo él y nadie más. Sus piernas parecían raíces que surgieran de la misma tierra, evocaron en mí recios árboles,  que por muy fuerte que fuese el viento, no los movería.
Su espalda parecía una muralla imposible de asaltar, fuerte y a la vez protectora; de la cual surgían dos ramas, una a cada lado, tan recias como sus piernas y pensé qué sentiría si me rodeasen y notase el contacto de su abrazo.

Y qué decir de su cabeza..., era la copa perfecta para ese árbol; me dieron ganas de rozar con mis dedos su follaje tan denso, oscuro como la noche. Él seguía solo, y yo ensimismada en su contemplación .
De pronto hizo un movimiento y vi su rostro. Me faltó el aliento. Era todo lo que yo había ansiado, avellanas en su mirar y ternura. Me perdí en su besar, me perdí totalmente, me convertí en hiedra entre sus ramas. 

       

                                                  Lion Cabrejas.


         


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