lunes, 25 de enero de 2016





MONÓLOGO
Depués de leer el "Pozo y el péndulo" de Edgar Alan Poe)


Hoy no hay tráfico en la autopista. El ronroneo del motor, suave y uniforme, es relajante. ¡Qué máquina más potente, más perfecta! El salpicadero de piel es una belleza... 200. Voy a doscientos kilómetros por hora sin apenas darme cuenta, sin pisar a fondo el acelerador... Pero... ¿Qué es? ¿Qué haces, maldito? Ese camión...¡Dios!
   El fogonazo, el estruendo. La nada. Sí, algo sí: Mis pensamientos.
   Y esta oscuridad absoluta. Y este silencio absoluto... Mis pensamientos: El coche, el camión...¿Es esto, acaso, la muerte? No, no puede ser...Mis pensamientos.
  No veo ni oigo ni percibo olores ni tacto alguno ni movimiento... ¡No tengo cuerpo! ¿Estoy en coma? Mis pensamientos.
   El cerebro es una esfera hueca, vacía de otra cosa que no sean estos últimos pensamientos que rebotan sin eco: Van, vienen, se retuercen... vuelven una y otra vez... ¿Solo soy un cerebro? ¿Solo soy mis recuerdos o quizás ni eso? Mi mujer, mis dos hijas... Mis pensamientos. 
   Así será hasta siempre, hasta nunca. 
   Cada minuto, un siglo, cada día una eternidad, cada año... ¡Dios!


   Ven a mí, amor. Acúname en tus brazos oscuros y fríos. Disuélveme en tí, amor. Aspírame, sórbeme hasta la última esencia de mi memoria. Llévame contigo, amor, hasta la plenitud de tu no ser. Ángel negro, muerte mía...
   ¡Amor!





No hay comentarios:

Publicar un comentario