lunes, 30 de mayo de 2016

Venganza


Cuando Adán y Eva se escaparon del Edén, se levantaron muy temprano. Pero claro,
Dios, desde chiquito nomás, había sido un gran madrugador.
¡Evaaaa!—le gritó desde la tranquera— ¡Eva, maldita zorra, parirás con dolor!
¡Ni ahí!—gritó ella— ¡Hay drogas para eso!
¡Adaaaan!—volvió a intentar— ¡boludo, tendrás que ganarte el pan con el sudor de tu frente!
¡Pero al menos voy a comer strudel cuando me dé la gana!
! Cómo me revienta que me dejen hablando solo! Vamos pá dentro Falucho—chistó Dios a la serpiente—Que a estos dos los voy a cagar. Si no me hacen caso a mí, van a tener que subyugarse a otro más poderoso.
Sacó una imprenta de abajo del placard, le sacudió así nomás el polvo y se puso a imprimir billetes.



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