miércoles, 16 de diciembre de 2015

EL OBSERVADOR

Valencia, un día de mercadillo, paseando entre puesto y puesto, oigo  llanto, me paré a escuchar," salió la cotilla que llevo dentro", una chica joven con su bebé en brazos, comentaba desconsolada a otra señora, el susto que tenía al venir del pediatra, mi interés fue mayor y dejé los puestos de lado,
según comentaba, le había dicho la doctora, que si su hija, no dejaba de engordar, avisaría a los servicios sociales, y se la quitarían ; me quedé perpleja por semejante noticia, fui acercándome y
comprobé que era un bebe de meses. Le pregunté a la desdichada joven, que alimentación proporcionaba a la niña, ella rompiendo aun a llorar más, dijo que pecho, no daba crédito a las palabras de la colegiada, pues el pecho es a demanda de la criatura,¿ como iba a poner a dieta a su hija? le aconsejamos varias mujeres, pues el corrillo crecía, y todas llegamos a la misma conclusión;
que no hiciese caso, que su hija estaba preciosa y para nada obesa, que si se quedaba más tranquila, que acudiese ella misma a los servicios sociales, y se informase.
¿ Como puede un medico, ser tan sádico? " quizás es envidia de una cosa tan hermosa", no se puede generar miedo gratuitamente, se quejan de la baja natalidad, y a las primerizas les asustan de tal forma, que tienen miedo, hasta de perder a sus hijos.
       

E.Cabrejas

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