lunes, 14 de diciembre de 2015

- SIGNIFICACION DE GESTOS -
Ya era el 25 por la mañana y faltaban escasas tres horas para que los japones llegaran al edificio de nuestra empresa en Madrid.
Nos habían comprado en bolsa, aproximadamente hacía un mes, mediante una retorcida maniobra financiera y, del día a la mañana, nos convertimos de mediana empresa de ámbito nacional a grandísima multinacional y era hoy cuando conoceríamos a nuestros nuevos jefes.
Llevabamos varios días bromeando sobre la transformación que había sufrido nuestra piel, pelo y ojos. Saludándonos al estilo de la película “El imperio del Sol” en el ascensor y gesticulando movimientos de tai-chi cuando llegabamos por la mañana al aparcamiento. “Sayonara” decíamos al despedirnos en tono guasón, cuando en el fondo sabíamos que ibamos a entrar a formar parte irremediable de las ceremonias del mundo asiático que, por supuesto, desconocíamos.
Mi socio y yo pasamos varios días recopilando información sobre la forma de la reunión que hoy ibamos a tener. Ni idea de quien vendría, ya que únicamente se nos había informado de la llegada de una representación de la empresa para un primer contacto.
Los japoneses son un pueblo ceremonioso, de arraigadas costumbres y muy respetuosos con los demás. Cuidar los modales y el comportamiento era tan importante como llevar una buena propuesta de fondo.
Con exquisita puntualidad llegaron sonrientes. Eran ocho personas, dos mujeres y seis hombres… y nosotros únicamente dos. Sabíamos que el espíritu de grupo se encuentra muy arraigado, así que en las reuniones suelen ser numerosos, pero eso no nos amilanó
Empezaron las presentaciones que ya sabíamos eran muy importantes. El saludo tradicional japonés consiste en una leve inclinación de cabeza, mayor cuanto más importante es la persona a la que saluda. Este gesto es una muestra de humildad y de respeto. Se utiliza siempre que encuentran a una persona conocida. Esperamos su forma de actuar. Las mujeres se inclinaban con los brazos en la parte frontal de sus muslos, los hombres con las manos en los costados y su mirada fija en el suelo sin contacto visual directo.
Después hubo intercambio de tarjetas de alta calidad impresa, en inglés por un lado y en japonés por el otro...también nos habíamos preparado para esto y, sosteniendo las nuestras con las dos manos, de pie, las íbamos entregando con una pequeña inclinación de cabeza recibiendo las suyas y leyéndolas detenidamente.
Por supuesto el inglés era la lengua vehicular, pero además nos habíamos aprendido algunas palabras en japones para el saludo y la etiqueta, hecho que les agradó y por el que expresaron profundo agradecimiento.
Comenzamos nuestra exposición y ocho cabezas comenzaron a asentir a la vez y de forma continuada. Estabamos un tanto incómodos, pues el planteamiento no parecía agradarles y sin embargo continuaban asintiendo, hasta que nos dimos cuenta que aquello no era un sí por respuesta y que estabamos malinterpretando un gesto que, en realidad, quería transmitirte atención y disposición a escuchar nuestra intervención, nada más.
Tras nuestra perplejidad, aparecieron en la mesa algunas de las pistas que dan los japoneses para saber que todo va por buen camino: hacen muchas preguntas, solicitan que les amplíen la información, piden detalles, abren espacios de socialización, hablan de dinero, finalmente concretan fechas y términos especiales.
El punto final fueron los regalos preparados con anticipación porque nos habían explicado que era todo un ritual. Los colores y papel elegidos que den buena suerte y que no tengan un significado negativo para ellos. También extendiendo el regalo con las dos manos y recibiéndolos de la misma manera. Se dan al terminar las reuniones ya que es una muestra de agradecimiento por habernos atendido y no se abren en el mismo momento, sino después, en privado.
Mi socio y yo recibimos ocho servilletas cada uno decoradas con preciosos motivos japoneses de las que a continuación os dejo una muestra.
Ja mata, yoroshiku
じゃまた宜しくお願いします
O lo que es lo mismo: encantado de conocerte y hasta otra.

Por Elena Herrero

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